sábado, 19 de septiembre de 2009

DETRÁS DE LOS PLANOS


Caucasia ha crecido rápidamente durante la última década. El apelativo de Capital del Bajo Cauca se debe, en gran parte, a la actividad socioeconómica presente en este sitio estratégico que une a Antioquia con el norte del país.

En estos momentos en el municipio se han ubicado importantes empresas que han cambiado, por decirlo así, las dinámicas de un pueblo al de una ciudad pequeña que crece y crece a la luz de sus habitantes. Muchos de los pobladores tiene los ojos puestos en dos importantes obras que vislumbran un importante progreso, se trata de la biblioteca pública y la ciudadela educativa y cultural Panzenú. La primera esta ubicada al lado de la sede administrativa del municipio, y la segunda al frente de la U. de A. seccional Bajo Cauca. Eso es lo que la mayoría de la gente sabe, pero… ¿Qué hay detrás de las fachadas de estas obras? Es muy común encontrarnos construcciones públicas que presentan inconsistencias por falta de recursos o por mal manejo de los mismos, este parece ser un fantasma que rodea por estos tiempos a las dos obras. Según el ingeniero Luís Carlos Monterrosa, secretario de obras públicas de Caucasia, estos dos proyectos presentan anomalías de todo tipo: fallas en la contratación de mano obra poco calificada, utilización de materiales de mala calidad, demoras en la adjudicación de recursos, incongruencias entre los informes del contratista con el veedor asignado por el departamento, son sólo varias de las causas que han llevado a estas dos edificaciones a estar casi en obra negra, pues sólo se ve uno que otro obrero laborando en éstas. Para Monterrosa, los problemas provienen en gran parte a la rapidez con que la administración anterior inició estos trabajos sin tener en cuenta varios estudios, entre ellos, los de prefactibilidad. “La ciudadela y la biblioteca son muy lindas en la maqueta, pero a la hora de la verdad no son lo que parecen” asevera Monterrosa. Sin embargo, parecería que este secretario desvirtúa su responsabilidad bajo la anterior administración, pues en su relato manejó un tono cínico y evasivo ante varias preguntas. Pero lo preocupante no es esto sino que la mayoría de la comunidad desconoce lo que pasa, por no decir toda. Entonces, ¿acaso no es una responsabilidad de estos funcionarios denunciar ese tipo de inconsistencias si son ciertas? Por otro lado, Alexandra Jaramillo, encargada de la actual biblioteca municipal, irradia un gran entusiasmo cuando habla de la que se convertirá en su nueva casa. Ella al igual que muchos caucasianos espera y esperan con beneplácito la culminación de estos proyectos, que en el plano dicen una cosa y la realidad es otra. “La ciudadela y la biblioteca son obras que cambiarán la imagen de nuestro municipio y aportarán al desarrollo de toda la comunidad”, dice Jaramillo con una desbordante alegría. Sólo queda esperar en que acaba todo esto, esperemos que al final la comunidad no sea la más afectada.

domingo, 6 de septiembre de 2009

MÁS QUE ENAMORADOS

Llovía, y los pájaros alzaban vuelo en aquella tarde nubada. Pronto, las calles se convirtieron en pequeños arroyos que se llevaban la alegría de esa mañana soleada. Las horas pasaban, las gotas caían como hojas al viento, las flores, anteriormente resecas, se tornaban ahora con fina vitalidad. El crepúsculo llegó con una brisa fría, algo inusual en las vastas praderas que rodean al territorio bajocaucano. Parecería extraño pero a pesar de que la tarde estaba acariciada de un leve sereno muchos estaban allí; niños, jóvenes y adultos, le hacían cita a uno de los parques más emblemáticos del municipio. De repente, ella llegó, con delicadeza alzo su mirada para buscar un lugar que no estuviera ocupado. Después de dar varias vueltas se sentó. Lo hizo con determinación. Era una chica trigueña, su piel tenía un color acaramelado como el de la miel, sus labios suscitaban una energía atrayente, fortuita, poco menos que coordinada. Pasaron unos quince minutos antes que llegará él con una flor en la mano, sin vacilar, ella le respondió su gesto con una bella sonrisa. Empezaron a conversar, sus miradas vislumbraban una estrecha pasión que avivaba una a una las palabras que se decían suavemente.

El chico se notaba nervioso, quería manejar la situación, hizo varios movimientos para llamar toda la atención de su bella acompañante. De pronto, y sin esperarlo- tal vez no en ese instante-, ella acercó lentamente su rostro al de él y lo beso desaforadamente. Fue un momento corto pero eterno, eran solamente ellos dos en aquel instante, no importaba nada, no importaba nada… ni siquiera el latido de unos perros mancillada la atención de aquellos enamorados. Un gran resplandor ilumino sus rostros, era la luna, esa luna testigo y confidente que acompañaba celosamente el roce de sus labios, el calor de sus besos y el fuego incontenible de sus miradas. Una nube liviana como un pájaro se interpuso entre el brillo de la luna y el reflejo de sus mejillas, que estaban súbitamente escarlata. Noche tras noche, aquel par de jóvenes se encuentran en esa verde morada, acompañados por el cántico inconsolable de los pájaros, las miradas atónitas de los pobladores que circundan el lugar y la mítica luz de la luna. Al fin y al cabo es una cita, o como dirían ellos, es un compromiso obligado con el amor…